Ecles (Sir) 48, 1-15 En aquel tiempo, surgió Elías, un profeta de fuego; su palabra quemaba como una llama. Él hizo caer sobre los israelitas el hambre y con celo los diezmó. En el nombre del Señor cerró las compuertas del cielo e hizo…
Ecles (Sir) 48, 1-15 En aquel tiempo, surgió Elías, un profeta de fuego; su palabra quemaba como una llama. Él hizo caer sobre los israelitas el hambre y con celo los diezmó. En el nombre del Señor cerró las compuertas del cielo e hizo…
1 Reyes 17, 7-16 Al cabo de algún tiempo, el torrente donde el profeta Elías estaba escondido se secó, porque no había llovido en la región. Entonces el Señor le dijo a Elías: “Anda y vete a Sarepta de Sidón y quédate ahí, pues…
Nm 21, 4-9 En aquellos días, los hebreos salieron del monte Hor en dirección al Mar Rojo, para rodear el territorio de Edom; pero por el camino, el pueblo se impacientó y murmuró contra Dios y contra Moisés, diciendo: “¿Para qué nos sacaste de Egipto?…
Dn 13, 41-62 En aquel tiempo, la asamblea creyó a los ancianos que habían calumniado a Susana y la condenó a muerte. Entonces Susana, dando fuertes voces exclamó: “Dios eterno, que conoces los secretos y lo sabes todo antes de que suceda, tú sabes…
Jer 18, 18-20 En aquellos días, los enemigos del profeta se dijeron entre sí: “Vengan, tendamos un lazo a Jeremías, porque no le va a faltar doctrina al sacerdote, consejo al sabio, ni inspiración al profeta. Vengan, ataquémoslo de palabra y no hagamos caso…
Jn 3, 1-10 En aquellos días, el Señor volvió a hablar a Jonás y le dijo: “Levántate y vete a Nínive, la gran capital, para anunciar ahí el mensaje que te voy a indicar”. Se levantó Jonás y se fue a Nínive, como le había…
Is 55, 10-11 Esto dice el Señor: “Como bajan del cielo la lluvia y la nieve y no vuelven allá, sino después de empapar la tierra, de fecundarla y hacerla germinar, a fin de que dé semilla para sembrar y pan para comer, así…
San 3, 13-18 Hermanos míos: ¿Hay alguno entre ustedes con sabiduría y experiencia? Si es así, que lo demuestre con su buena conducta y con la amabilidad propia de la sabiduría. Pero si ustedes tienen el corazón amargado por envidias y rivalidades, dejen de…
Sant 3, 1-10 Hermanos míos: Que no se pongan tantos de ustedes a enseñar como maestros, pues a los que enseñamos se nos juzgará con mayor severidad. Todos fallamos en muchas cosas y quien no falla al hablar es hombre perfecto, capaz de dominar…
Sant 2, 14-24. 26 Hermanos míos: ¿De qué le sirve a uno decir que tiene fe, si no la demuestra con obras? ¿Acaso podrá salvarlo esa fe? Supongamos que algún hermano o hermana carece de ropa y del alimento necesario para el día, y…