Después de este incidente tan intencionado con la Samaritana, Jesús llega a Galilea con una decisión bien pensada. Galilea será el campo de su ministerio público, con Cafarnaún como centro, aunque hará subidas frecuentes a Jerusalén y se dará algunas escapadas por Judea y territorios extranjeros.
Galilea, sobre todo la baja Galilea donde estaba Nazaret -cara a la amplia llanura de Esdrelón o Yizreel, donde se alza vigilante el monte Tabor-, era la región más bella y rica de Palestina, abundante en olivares, viñedos, campos de lino y con gran variedad de verduras y frutos, con el lago de Genesaret al Oriente y el río Jordán que la bordeaba de norte a sur hasta que se perdía en la parte oriental de Judea.
Muy habitada, se ha calculado que en tiempo de Jesús tenía 204 núcleos de población entre ciudades, pueblos e incontables aldeas. Muy bien comunicada por la Via Maris que pasaba por Cafarnaún, era el campo más apropiado para el ministerio evangelizador que emprendía Jesús. Por otra parte, el lago de Genesaret debió pesar también en la mente de Jesús, como lo vemos por tantos hechos en él desarrollados.