21 de octubre | EL DON DE LOS HERMANOS EN LA FAMILIA

21 de octubre | EL DON DE LOS HERMANOS EN LA FAMILIA

MEDITACIÓN DEL DÍA:
“Fuimos once hermanos…: 1º Una hermana que nació en 1800, llamada Rosa, fue casada, ahora es viuda, siempre ha sido muy laboriosa, honrada y piadosa; es la que más me ha querido. 2º Una hermana que nació en 1802, llamada Mariana, murió a los dos años. 3º Un hermano (1804), llamado Juan, éste heredó todos los bienes. 4º Un hermano (1806), llamado Bartolomé, murió a los dos años. 5º Fui yo (1807-1808). 6º Una hermana (1809), que murió a lo poco de nacida. 7º Un hermano (1810), que se llamó José, fue casado, tuvo dos hijas, Hermanas de Caridad o Terciarias. 8º Un hermano (1813), llamado Pedro; murió de cuatro años. 9º Una hermana (1815), llamada María, Hermana Terciaria. 10º Una hermana (1820), llamada Francisca, murió de tres años. 11º Un hermano (1823), llamado Manuel, murió de trece años.”

Aut 6

 

 

Nadie viene solo a este mundo. Naces en una familia, como hijo, y –en muchos casos- tienes hermanos y hermanas. La relación paterno-filial y la fraterna son tan íntimas que nos hacen sufrir profundamente cuando alguno de la familia sufre y nos hacen alegremos íntimamente con sus gozos. Nuestro vínculo familiar es como un espejo en el que nos vemos en el otro. El sentido de pertenencia y la responsabilidad hacia el otro no son elementos añadidos: son más bien lazos naturales que nacen y permanecen hasta la muerte. En este sentido, la familia es la primera escuela, y los padres son los primeros educadores.Cuando el P. Claret nos habla de sus once hermanos, va explicando la relación mutua entre ellos. De su hermana mayor, Rosa, recibió un cariño especial (Aut 6.1); ella le inició en su devoción mariana. En la enfermedad de apoplejía de su hermano mayor, Juan, el P. Claret le apoyó económicamente como buenamente pudo. Con su hermano menor, José, tenía mucha confianza y en su casa de Olost se hospedó durante algunos momentos críticos. Éste a su vez, le ayudó en tomar conciencia de la situación política y social de cara a sus andanzas misioneras. Su hermana menor, María, con ese nombre inspiró al Padre Claret la cercanía y la devoción filial a la Virgen. Como ella ayudaba al Mosén Claret en la parroquia de Sallent, tuvo la gracia de aprender de su hermano las virtudes que él practicaba. El hermano menor, Manuel, era un hermano “muy querido” por el santo.Ser hijo y hermano es un don y un compromiso. Es un don para compartir gozos, esperanzas y también dolores con otros, sintiéndose acompañado, apoyado, consolado. Lleva consigo el compromiso de cuidar de otros, y nos educa para la mejor vida social. La convivencia con otros y la experiencia de su comprensión son factores decisivos en la construcción de la persona, en la capacitación para la amistad, para la futura colaboración  en el mundo de la empresa o las inquietudes sociales; lo “vivido dentro” suele ser determinante para saber luego moverse en el ámbito exterior.