22 de diciembre | Viernes de la tercera semana de Adviento

22 de diciembre | Viernes de la tercera semana de Adviento

Isaías 56, 1-3. 6-8

Esto dice el Señor:
“Velen por los derechos de los demás,
practiquen la justicia,
porque mi salvación está a punto de llegar
y mi justicia a punto de manifestarse.
Dichoso el hombre que hace esto y en ello persevera,
el que se abstiene de profanar el sábado,
el que aparta su mano de todo mal.
No diga el extranjero que ha dado su adhesión al Señor:
‘Sin duda que el Señor me excluirá de su pueblo’.
A los extranjeros que se han adherido al Señor
para servirlo, amarlo y darle culto,
a los que guardan el sábado sin profanarlo
y se mantienen fieles a mi alianza,
los conduciré al mi monte santo
y los llenaré de alegría en mi casa de oración.
Sus holocaustos y sacrificios serán gratos en mi altar,
porque mi casa será casa de oración
para todos los pueblos”.

Esto dice el Señor Dios,
que reúne a los dispersos de Israel:
“A los ya reunidos, todavía añadiré otros”.

 

Salmo 147, 12-13. 14-15. 19-20
R. Bendigamos al Señor, nuestro Dios.
Glorifica al Señor, Jerusalén;
a Dios ríndele honores, Israel.
El refuerza el cerrojo de tus puertas
y bendice a tus hijos en tu casa.
R. Bendigamos al Señor, nuestro Dios.
El mantiene la paz en tus fronteras,
con su trigo mejor sacia tu hambre.
El envía a la tierra su mensaje
y su palabra corre velozmente.
R. Bendigamos al Señor, nuestro Dios.
Le muestra a Jacob su pensamiento,
sus normas y designios a Israel.
No ha hecho nada igual con ningún pueblo,
ni le ha confiado a otro sus proyectos.
R. Bendigamos al Señor, nuestro Dios.

 

R. Aleluya, aleluya.
Sabiduría del Altísimo,
que dispones todas las cosas con fortaleza y con suavidad,
ven a enseñarnos el camino de la vida.
R. Aleluya.

 

Evangelio según San Juan 5, 33-36

En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos: “Ustedes enviaron mensajeros a Juan, y él ha dado testimonio de la verdad. No es que yo dependa del testimonio de un hombre; si digo esto es para que ustedes se salven. Juan era la lámpara que ardía y brillaba, y ustedes quisieron gozar un instante de su luz. Pero el testimonio que yo tengo es mayor que el de Juan: las obras que el Padre me ha concedido realizar; esas obras que hago dan testimonio de mí: que el Padre me ha enviado”.

 

Palabra del Señor.