¡No se dejen robar la alegría y la esperanza!

¡No se dejen robar la alegría y la esperanza!

 

“Muchas gracias por el esfuerzo que han hecho… Eso se llama heroísmo… Sigan adelante siempre, no se dejen vencer, no se dejen engañar.” Así saludó a los jóvenes y demás personas que lo esperaron con vivas y música en la entrada de la Nunciatura.

Rezó un Ave María… Y un grupo de jóvenes, en las voces de Angie y Ferney, recuperados del mundo de las calles y las drogas, saludaron emocionados al Santo Padre, a quien pidieron que tuviera en cuenta al sacerdote Javier De Nicoló (q.e.p.d) como futuro santo de la Iglesia en Colombia.

Uno de los regalos entregados por estos jóvenes fue una ruana, que el Papa se puso inmediatamente.

Y volvió a repetir: “No se dejen robar la alegría y la esperanza.” Concluyó pidiendo el favor que el mundo le ha escuchado desde el primer día de su pontificado: “Oren por mí”.

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