24 de enero | CAMINO, VERDAD Y VIDA

24 de enero | CAMINO, VERDAD Y VIDA

MEDITACIÓN DEL DÍA:
“Jesús es el camino que debemos seguir, la verdad que debemos creer y la vida que debemos vivir. Esta es la doctrina predicada por los apóstoles y los Padres de la Iglesia y que han predicado y predicarán todos los ministros de la palabra de Dios”

L’egoismo vinto, Roma 1869, p. 47; retrotraducido en EE p. 406

 

Para Claret Jesús es, sencillamente, todo (Aut 755). No es para él un personaje del pasado, sino el amigo entrañable, el compañero permanente de camino, y el Señor a cuyo servicio consagró la vida. Conocer su “santísima voluntad” y cumplirla eran su locura (Aut 445 y 754). Siguiendo los pasos de Jesús, el único Maestro, Claret consagró todas sus energías a procurar la mayor gloria de Dios, prescindiendo de cualquier valor terreno transitorio (cf. Aut 199). Cuando los asistentes a sus misiones alababan lo acertado de su predicación o lo heroico de sus interminables horas de confesionario, él prefería cambiar de conversación y dar gloria a Dios, único a quien la gloria pertenece (cf. Is 42, 8). Claret cultivó con especial esmero la virtud de la humildad (Aut 34).
En situación de persecución casi constante, Claret se propuso configurarse con el Jesús mano y humilde (cf. Mt 11, 29). En imitación de tal maestro, se propuso igualmente no quejarse jamás del sufrimiento que las persecuciones le causaban (cf. Aut 650), sino soportarlas en silencio y por la salvación de sus mismos perseguidores

El estilo itinerante de Jesús lo adoptó Claret como forma de vida: “Quien más y más me ha movido siempre es el contemplar a Jesucristo cómo va de una población a otra, predicando en todas partes” (Aut 221). Claret fue pobre e itinerante no sólo en sentido físico o material, sino en flexibilidad y desarraigo para dejar lugares, estilos y prácticas, siempre con una mirada universal. La caridad apostólica, decía,  “me urge, me impela, me hace correr de una población a otra…” (Aut 212).  Tampoco le esclavizó la propia seguridad, sino que hizo suyas las palabras de Pablo: …“ninguna de estas cosas temo, ni aprecio más mi vida que mi alma, siempre que de esta suerte… cumpla el ministerio que he recibido para predicar el santo Evangelio (Aut 201).

¿En qué se traduce en tu vida cotidiana ser seguidor de Jesús? ¿Qué rasgos de su existencia te resultan más atrayentes e intentas encarnar en fidelidad a tu vocación cristiana?