MEDITACIÓN DEL DÍA
¡Oh cuánto conviene en el día hacer circular escritos buenos a fin de contrariar la multitud de [escritos] malos!.
Aut 708
Un día mi abuelo me encontró sentado frente al ordenador. Al verme tan concentrado y por largo tiempo, se me acercó a decirme: “He oído que por ese aparato se está recibiendo y haciendo mucho mal”. En seguida le contesté: “Es la nueva máquina de escribir. Además, a través de este medio puedo conseguirte la información que necesites”. No tardó el abuelo en pedirme una información. Cuando se la di, se le abrieron los ojos y me agradeció. Pero me dejó pensando en lo que me había dicho: quizá se extiende más fácilmente el mal que el bien.
Claret se sabe llamado a ser un servidor de la Palabra. En su tiempo los libros eran el último grito en la comunicación –a pesar del enorme porcentaje de analfabetos-. Llegaban a todas partes y se quedaban en casa como una oferta permanente. Y no sólo libros; también revistas y hojas volantes, con palabras y gráficos. Pero veía que abundaban los escritos malos.
Hoy sabemos lo que están suponiendo las nuevas tecnologías de la información y de comunicación. Por medio de internet tenemos acceso a todo lo imaginable. Y aquí hay que
Recordar la consigna que Claret nos dejó: “Válganse de todos los medios posibles”. Nos invita a hacer circular lo bueno por cuantos medios estén a nuestro alcance. La creatividad misionera nos obliga a adentrarnos en los nuevos campos de la técnica –que a Claret tanto entusiasmaba-. Y esto supone dedicar tiempo y esfuerzo: para algunos, nacer de nuevo.
Todos somos conscientes del mal que se transmite a través de los medios de comunicación, y del inmenso poder de esos medios. Claret nos invita a reaccionar, a ser misioneros utilizando esas tecnologías para abrir espacio al bien, para difundir lo bueno.
¿Qué estás leyendo? ¿De qué nos estamos alimentando? ¿Qué utilización estoy haciendo de los medios de información y comunicación? ¿Estoy produciendo algo bueno a través de las nuevas tecnologías?
Señor, que sepamos contrarrestar el mal a base de bien a través de los medios de información y comunicación que hoy el ingenio humano pone a nuestro alcance.
