Jer 1, 4-5. 17-19 En tiempo de Josías, el Señor me dirigió estas palabras: “Desde antes de formarte en el seno materno, te conozco; desde antes de que nacieras, te consagré como profeta para las naciones. Cíñete y prepárate; ponte en pie y diles lo…

Jer 1, 4-5. 17-19 En tiempo de Josías, el Señor me dirigió estas palabras: “Desde antes de formarte en el seno materno, te conozco; desde antes de que nacieras, te consagré como profeta para las naciones. Cíñete y prepárate; ponte en pie y diles lo…
4º. Domingo Ordinario – C. Lucas 4,21-30. ¿Queremos medir la mezquindad, la tacañería, la envidia vil del hombre, y el empeño obstinado de Dios en amarnos y en salvarnos a pesar de nuestras miras tan cortas y tan obtusas?… No tenemos más que abrir el…
2 Sm 11, 1-4. 5-10. 13-17 En la época del año en que los reyes acostumbraban salir a la guerra, David envió a Joab con sus oficiales y todo Israel contra los amonitas. Los derrotaron y pusieron sitio a Rabbá. David se había quedado…
2 Sm 7, 18-19. 24-29 Cuando David se enteró por Natán de las promesas divinas, fue a ponerse delante del Señor y le dijo: “¿Quién soy yo, Señor, y qué es mi casa, para que me hayas favorecido tanto hasta el presente? Y no…
Yo no sé las veces que hoy se tomará el Evangelio de este Domingo, en su segunda parte, como tema de reflexión. Y la verdad es que está muy justificada la elección de esta página programática del Evangelio de Lucas. Aunque no solemos hacer tanto…
Cuando hay una boda célebre, los medios y las revistas del corazón la llaman la Boda del Siglo. Así lo dicen, porque se han olvidado del esplendor de una boda anterior. Pero si nosotros tomamos el Evangelio de este Domingo, y llamamos a la Boda…
1 Sm 1, 1-8 Había un hombre en Ramá, de la tribu de Efraín, llamado Elcaná, que tenía dos mujeres, Ana y Peninná. Peninná tenía hijos y Ana no los tenía. Todos los años Elcaná subía desde su ciudad al santuario de Siló, para adorar…
Estamos asistiendo en la Iglesia a un hecho magnífico y consolador, como es la renovación de la conciencia de que somos unos bautizados. Porque al haber recibido el Bautismo, como la mayor gracia de Dios, desde muy pequeñitos, hemos vivido siempre nuestra condición cristiana de…