19 ORD A - CAMINAR SOBRE LAS AGUAS

19 ORD A - CAMINAR SOBRE LAS AGUAS

Domingo 13 de agosto de 2017
19º Domingo Ordinario
Mateo 14,22-33: “¡Verdaderamente tú eres el Hijo de Dios!”.

Saludos cordiales, hermanos. Que la paz del Señor Resucitado llene y anime sus hogares. Sea este domingo la oportunidad de renovar nuestro compromiso cristiano.

En el Evangelio que se proclama en este día contemplamos una escena cargada de simbolismos. El escritor sagrado no sólo nos remite a un momento puntual de la vida del nazareno, sino que desea transmitirnos la maravillosa confesión de fe de las primeras comunidades cristianas en Jesús, el Hijo de Dios.

La barca y sus tripulantes simbolizan la comunidad cristiana enviada por Jesús al mundo a anunciar la buena noticia. El mar, los vientos en contra, representan el contexto adverso donde navega la Iglesia. Jesús aparece caminando sobre las aguas al amanecer: Él ha triunfado sobre la muerte con su resurrección, al amanecer del domingo, después de la larga noche del viernes de la pasión. Las palabras del maestro son las mismas que las del día de pascua: “No teman”. Jesús llama a Pedro a caminar sobre las aguas… Pedro es el testigo, el apóstol, que imita y sigue al Señor en su lucha contra el mal y la injusticia. Pero duda, su fe flaquea y se hunde en las aguas; clama a Jesús por su salvación y éste le toma de la mano y lo reincorpora. Los otros discípulos se postran ante el Señor confesando: “¡Verdaderamente tú eres el Hijo de Dios!”.

¡Cuántas veces nuestra familia ha perdido el horizonte a causa de las contrariedades y de los males de nuestro mundo! ¡Tanto viento en contra del proyecto de Dios en los matrimonios y en las familias! Muchos declinan en su fe y dimiten de su llamado. Tantas familias ahogadas en el mar de la historia por no confiar en la fuerza del Evangelio. Hoy el Señor nos da una palabra de aliento para que caminemos con fe sobre las aguas de la historia. No nos deja solos, nos toma de la mano, nos da su Espíritu, nos llama a no tener miedo… pongamos en Él nuestra esperanza y digamos sí al Señor de la vida. Luchemos por llevar la barca de nuestra familia a la otra orilla, donde Jesús nos envíe.

Este es el tiempo oportuno.

Cordialmente, P. Freddy Ramírez Bolaños, cmf.

 

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