15 de Mayo | ORAR, TRABAJAR Y PADECER

MEDITACIÓN DEL DÍA:
El que aspira a la perfección de la vía unitiva debe practicar tres cosas, a saber: orar heroicamente, heroicamente trabajar, y heroicamente padecer. 

El amante de Jesucristo. Barcelona 1848, p. 104

  ¿Por qué elige Claret estos tres verbos a la hora de recomendar las prácticas que él considera indefectibles para quien desee alcanzar la perfección? La respuesta quizás la encontremos en la siguiente anécdota de su vida: en el año 1847 el P. Claret recibía un regalo, un librito francés titulado El Amante de Jesucristo, del P. Jean Antoine Pelissier. Este libro, que él leyó en francés (o quizá ya en italiano, según otros), le produjo una gran impresión y quiso traducirlo y lo publicó en español al año siguiente.
En la introducción de dicho librito, Claret explica: “De un modo semejante a lo que le ocurrió al profeta Ezequiel (Ez 3,1-3) me ha sucedido a mí: un amigo me vino a ver… me alargó un librito, diciendo que era muy bueno… Para condescender a sus instancias acepté el libro, y, en medio de mis muchas y grandes ocupaciones, traté de leerlo; pero ¡Jesús mío!… ¡qué hallé yo! En este librito, como en aquel campo evangélico, está escondido el tesoro del divino amor. En este librito, como en un mapa, veo trazado el camino que debo seguir para amar a Jesucristo…”.
El librito trata de un personaje imaginario que desea imitar a Jesucristo. En una primera etapa, ese personaje comienza descubriendo a Dios en la oración. Esta oración profunda le lleva, en un segundo momento, a ponerse en contacto con los hombres para comunicarles su experiencia de Dios. En un tercer momento, este personaje cae en una larga y pesada cadena de enfermedades y persecuciones que le llevarán a identificarse con la Pasión del Señor, lo que le conducirá a las cimas de la santidad.
Por aquel tiempo escribía Claret: “Cada día dedico una hora a traducir un librito hermosísimo titulado ‘El Amante de Jesucristo’ (de lo más hermoso que he leído en mi vida)”. En la publicación del libro en castellano vienen unos “Avisos para los que aspiran a la perfección” (quizá escritos por Claret mismo). Y es ahí donde aparecen los tres verbos: “El que aspira a la perfección de la vía unitiva debe practicar tres cosas, a saber: orar heroicamente, heroicamente trabajar y heroicamente padecer”.