MEDITACIÓN DEL DÍA:
Carta Ascética… al presidente de uno de los coros de la Academia de San Miguel. Barcelona 1862, p.8s
Cuenta con mucho humor el jesuita indio Anthony de Mello que, cuando preguntaron a un joven qué era lo que de él más le gustaba a su novia, respondió: “dice que soy alto, guapo, listo y que bailo muy bien”. Y, a continuación, le preguntaron qué era lo que a él más le agradaba de ella, y la respuesta fue casi la misma: “que dice que soy alto, guapo, listo y que bailo muy bien”. No es bueno comentar las fábulas, pues se las desvirtúa; bástenos subrayar que ese joven no amaba, no sabía salir de sí mismo.
Los Evangelios, y el Nuevo Testamento en general, manejan constantemente el concepto de gratuidad, sea con esta o con otras palabras. El Padre hace llover sobre buenos y malos, sin fijarse en lo que merecen unos y otros. Jesús elige para seguidores a personas muy limitadas: entre ellos hay envidias, ansias de medrar, deseos de venganza. No se merecían la elección. Ya el antiguo Israel se sabía objeto del amor gratuito de Yahvé: “Os eligió por puro amor a vosotros, no porque fuerais…” (Deuteronomio 7,8).
El amor, si no es gratuito, no es amor, sino relación mercantil: “do ut des”. El conocido himno a la caridad enseña expresamente que el amor “no busca su interés” (1Cor 13,5). Amar es querer y defender al otro, buscar su bien por él mismo, por su ser persona e hijo de Dios y hermano nuestro, sin segundas intenciones.
Cuando miramos la vida de Claret nos llama la atención su desinteresado amor a la gente. En los años de Cataluña, su entrega apostólica le causaba persecuciones, pero a él le importaba más hacer el bien que asegurar su vida. De los canarios, que “le habían robado el corazón”, como recompensa se llevó unos jirones en la sotana. En Cuba se desvivió por los pobres, esclavos, explotados, presos, etc; también por sus sacerdotes, cuya retribución económica consiguió mejorar notablemente; como recompensa se llevó para España una buena cicatriz en la mejilla y en el brazo. Pidió indulto para el agresor.
¿Experimento compasión frente al sufrimiento del hermano pobre y marginado? ¿Cómo me comporto con las personas “difíciles”, poco agradables, o ingratas?