1 de enero | UNA VIDA CON SENTIDO

1 de enero | UNA VIDA CON SENTIDO

MEDITACIÓN DEL DÍA:
“Propongo nunca jamás perder un instante de tiempo, por lo que estaré siempre ocupado, o en el estudio o en la oración, predicación, administración de sacramentos, etc.”

Aut 467

 

 

San Antonio Mª. Claret fue una persona metódica en lo que consideraba fundamental en su vida cristiana y misionera. Sus andanzas misioneras y su intensa actividad pastoral le obligaban a horarios muy diversos, según estuviera viajando, dando una misión, ocupado en escribir un libro, o atendiendo a las personas que se aconsejaban con él. Con todo, hay algunas fidelidades que mantuvo de manera constante: la oración diaria, particular y litúrgica, la lectura de la Palabra de Dios, la celebración de la Eucaristía, el estudio o preparación necesaria para la predicación…
Planificar con cierto detalle sus actividades o hacer el propósito de “jamás perder un instante de tiempo” fue para él la manera de mantenerse fiel a las prioridades que le permitían dar contenido evangelizador a todo lo que llevaba entre manos. No se trataba de ser esclavo de una ley externa, sino de una opción de vida, siempre orientada a servir lo mejor posible a la causa del Reino de Dios.
La vida de Claret no se distinguió por ser muy larga (no cumplió los 63 años), pero sí por ser extraordinariamente densa, y fecunda, tanto para él como también para las personas a quienes cupo en suerte convivir con él o beneficiarse de su ministerio. Y sigue siendo fecunda para quienes nos proponemos seguir a Jesucristo a través del carisma claretiano. Quizás el secreto consista en precisar con acierto la causa a la que dedicar las propias capacidades y energías. Y en entender que cualquier vocación que viene de Dios es para el bien comunitario, nunca únicamente para provecho propio.
Podríamos decir que algunas de las quejas que solemos proferir cuando afirmamos que estamos estresados, que el tiempo no nos cunde, que las ocupaciones nos agobian… provienen de no haber acertado a discernir el objetivo clave de nuestra existencia y de no hacer las opciones y renuncias que den sentido a este objetivo.
¿Hacia qué o en torno a qué tengo focalizada mi vida y mis energías? ¿Estoy contento con la orientación que he dado y sigo dando a mi existencia? ¿Vale la pena? Son preguntas oportunas al iniciar un nuevo año.