01 ADV C – EL CUMPLIMIENTO DE LAS PROMESAS

01 ADV C – EL CUMPLIMIENTO DE LAS PROMESAS

Domingo 2 de diciembre de 2018
1º Domingo de Adviento
Lucas 21,25-28.34-36: “Estén preparados, porque a la hora en que menos piensen vendrá el Hijo del Hombre”.

Queridos hermanos y hermanas, un saludo cordial para ustedes en este nuevo año litúrgico que iniciamos con el Adviento.

En la liturgia de Adviento la Iglesia retoma la larga preparación y espera de la primera venida del Salvador y, sobre todo, nos impulsa a renovar el ardiente deseo de su segunda venida. No se pretende que nos quedemos en el pasado o que nos escapemos al futuro, sino que vivamos el encuentro con el Señor en el presente. La Iglesia dedica cuatro semanas al tiempo de Adviento para profundizar en el sentido de la aclamación solemne de cada Eucaristía: “Ven, Señor Jesús”.

El Evangelio de este domingo coloca nuestra mirada en los días del cumplimiento de la promesa de la segunda venida del Hijo del Hombre “en una nube con gran poder y gloria”. Según la Palabra, el universo entero se conmoverá ante este evento sin precedentes. Las notas que caracterizarán ese día grande son de angustia y de miedo para los incrédulos, y de vigilancia y oración para los seguidores del Mesías, pues está cerca nuestra liberación. El día grande de Jesús es esperanza para todos los pobres de la Tierra: se secará toda lágrima y se borrará el sufrimiento que anida en el corazón de los que sufren injusticias. Este día será el cumplimiento de las bienaventuranzas anunciadas por el Señor.

En el seno de nuestra familia estamos llamados a cultivar la vigilancia y la oración. Vigilar y orar son las actitudes propias del que espera la llegada de Jesús. Aprovechemos para que en la cercanía de la Navidad no perdamos nuestro tiempo en cosas superficiales o nos hundamos en el materialismo acelerado del comercio:

˗ Oremos juntos. Pidamos la instauración definitiva del Reino.
˗ Acerquémonos al misterio del Dios que nos ama.
˗ Vigilemos la vivencia del amor y la fe en el núcleo de nuestro hogar.
˗ Compartamos con otras familias la alegría de ser los seguidores del Mesías que viene.

Te animo a que medites sobre la vigilancia y la oración a partir de este himno de la Liturgia de las Horas inspirado en la parábola de las vírgenes necias y prudentes.

Este es el tiempo en que llegas,
Esposo, tan de repente,
que invitas a los que velan
y olvidas a los que duermen.

Salen cantando a tu encuentro
doncellas con ramos verdes
y lámparas que guardaron
copioso y claro el aceite.

¡Cómo golpearon las necias
las puertas de tu banquete!
¡Y cómo lloran a oscuras
los ojos que no han de verte!

Mira que estamos alerta,
Esposo, por si vinieres,
y está el corazón velando,
mientras los ojos se duermen.

Danos un puesto a tu mesa,
Amor que a la noche vienes,
antes que la noche acabe
y que la puerta se cierre. Amén.

Este es el tiempo oportuno.

Cordialmente, P. Freddy Ramírez Bolaños, cmf.