23 de abril | CRUCIFICADOS PARA EL MUNDO

23 de abril | CRUCIFICADOS PARA EL MUNDO

MEDITACIÓN DEL DÍA:

 Jesucristo fue condenado a muerte y llevó la cruz. Y nos enseñó cómo hemos de estar crucificados para el mundo, y el mundo para nosotros.

Reloj de la pasión, en EE p. 199

 

Hasta su encuentro con el señor, San Pablo era un fiel fariseo, estricto cumplidor de la ley judaica, confiado en que ella le daría la salvación. Pero su conocimiento de Cristo (cf. Flp 3,8) le llevó a la experiencia de la auténtica libertad, paradójicamente identificada con estar “crucificado con Cristo” (Gal 2, 20), en comunión creciente con él: “ya no soy yo quien vive sino que es Cristo quien vive en mí”. Ya es una “criatura nueva” (2Cor 5,17), por el poder de Cristo y no por la observación de la ley. Y el que pertenece a Cristo es un crucificado, pues “los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y apetencias” (Gal 5,24).Claret, desde su unión con Cristo, vivió como un crucificado para el mundo. Un crucificado es un muerto; y Claret lo estuvo para con el dinero, el prestigio o la buena vida. Entrevió estos “valores” durante su juventud en Barcelona (Aut 66-67). Pero un día la Palabra de Dios le “hirió como una saeta” (Aut 68), y le mostró la vanidad de todo aquello, que además le ponía en peligro de perderse a sí mismo.La Palabra de Dios (Aut 111-120) y el acompañamiento espiritual (Aut 69) le llevarán de estar clavado a la cruz del mundo a clavarse en la del Resucitado. La voz del Maestro le obliga a discernir la voluntad de Dios para él, el camino de su auténtica realización. Es la voz de Jesús que se “encarna” en la de muchos acompañantes espirituales: ellos le orientarán en su camino hacia el sacerdocio, hacia la misión, a fundar su Congregación de Misioneros, aceptar el arzobispado de Cuba…Cada persona tiene un camino de realización y una obligada búsqueda. Tiene que oír voces interiores y exteriores, y ser fiel. La autosuficiencia puede llevar al autoengaño.¿Has tenido la experiencia de desclavarte de alguna cruz esclavizante para clavarte a la de Cristo? ¿Has recabado, para ello, la ayuda de un director espiritual?  ¿Qué capacidad tienes de abrir tu corazón a alguien y de dejarte evaluar y orientar?