16 de enero | CONTRA TODO “TRÁFICO DE INFLUENCIAS”

16 de enero | CONTRA TODO “TRÁFICO DE INFLUENCIAS”

MEDITACIÓN DEL DÍA:
“Los que tienen hambre y sed, no de justicia por sus méritos, sino de empleos, destinos y dignidades por favor, asedian todos los días mi casa y me molestan con sus instancias y pretensiones, pero yo tengo que decirles que siento en el alma el no poderles complacer, porque me he hecho un deber el no meterme en eso”

Aut 626

 

En la agenda de Claret durante sus once años de estancia en Madrid como confesor real, aparece un tiempo dedicado a las audiencias, esto es, un tiempo empleado en recibir a todo tipo de personas que solicitaban un encuentro con el santo arzobispo. Fue una de las mayores cruces que soportaban sus hombros; sin duda, algunas de esas personas buscaban alguna orientación para sus vidas; pero otras querían valerse de la influencia de Claret para alcanzar favores de la Reina o de los políticos; a esto último Claret se negaba rotundamente.No pretendió, ni siquiera permitió, que su prestigio en  la Corte madrileña se convirtiese en fuente de beneficios o privilegios, ni para él personalmente ni para otros. ¡Jamás! Para sí no admitió, no ya privilegio alguno, sino ni siquiera el más mínimo regalo material: “Mi satisfacción será, cuando me retire de Palacio, el poder decir que nada tengo de S. M., ni un alfiler” (Aut 634). Claret sabía que las dádivas, a la larga, esclavizan, privan de libertad; y ésta es irrenunciable.Es difícil mantenerse libre en medio de la turbamulta de oportunistas que acechan atajos para medrar. No es fácil decir sí cuando es sí y no cuando es no, sin amarrarse a las conveniencias que resultan de los favores concedidos. Es muy tentador eso de “dar” confiando en “recibir” alguna vez la retribución. Es muy tentador y muy humano, más aún en nuestra sociedad mercantilizada, en la que a todo se le pone precio. Es una realidad que puede colarse hasta distorsionar el mismo sentimiento religioso: ¿Cuántas “mandas”, promesas, dineros, velas y cirios, “cadenas” de oraciones, son de hecho un pequeño o gran negocio que creemos hacer con Dios y los santos?Claret nos dejó un ejemplo formidable de paciencia –al recibir a personas que lo único que pretendían era beneficiarse de su posición excepcional– y también de desprendimiento y rectitud a toda prueba en su manera de proceder en un cargo público.